viernes, 4 de octubre de 2013

De la radio y algo más

[Ensayo de los documentos: “De radio en radio – el escenario radiofónico” y “La programación radial – Palimpsesto y mapa de la cultura”]


Cada vez que tengo la oportunidad de intervenir en algún proceso radiofónico, puedo sentir la magia que este medio trae consigo, es que “hacer radio es una pasión”, tal y como lo dijo José López Vigil. La radio está cargada de afectividad, es un medio en el cual podemos transmitir sentimientos y puede concentrarse en su carácter de compañía personal, pero el quehacer radiofónico va más allá de los sonidos que se pueden percibir al escoger un dial y escuchar lo que se transmite, la radio tiene una mezcla de sabores y colores que están inmersos en la investigación, la cultura, la programación, el escenario en que tiene lugar, por mencionar algunos.
La radio parte de un eje central, éste determinará el perfil de la radio. Entonces para todos los que desean iniciar esta aventura de hacer radio, deben apuntar siempre a cómo quieren que ésta sea, es decir, ¿para qué? y ¿para quién? preguntas básicas para formar la personalidad de la radio. Existen distintas programaciones que en función a éstas se diseña cada espacio, por ejemplo están las participativas, las ecológicas, las culturales, etc. Tenemos infinidad de opciones para darle una cara única a nuestra emisora. La personalidad de las radios son variadas pero todas tienen características y potencialidades que le son comunes.
Pero hablando de programación, ¿sabemos, realmente, qué es la programación radiofónica? Es la que permite hacer el tránsito del perfil diseñado por los emisores al posicionamiento alcanzado entre los receptores. La programación tiene dos direcciones, una es desde las expectativas del público hacia la radio y, la otra, desde las ofertas de la radio hacia el público. La programación radiofónica tiene acciones a priori, como la de realizar una investigación al público a quién va dirigido, en términos publicitarios, conocer a su target. Una programación tiene todas las de ganar cuando tiene el equilibrio adecuando con sus objetivos propios como empresa radiofónica y tomando en cuenta las necesidades de la audiencia a quién va dirigida.
En Lambayeque, la mayoría de propietarios de radios tienen el gravísimo error de concesionar espacios en sus emisoras, es decir, los propietarios en busca de más ingresos económicos permiten que determinadas horas sean compradas por entidades con diferentes objetivos que alejan más y más a que la emisora tenga un perfil determinado y muy bien marcado. Por lo tanto, a estas “radios galerías” como se les llama, no tienen un eje central ni mucho menos tiene una previsión de los programas que van a ser emitidos. Son programas que no podrán generar incidencia en la sociedad y difícilmente lograrán posicionar un perfil o una personalidad en sus respectivas audiencias. Para ampliar mucho más este concepto de la programación radiofónica, denle click al siguiente link y encontrarán un libro llamado “Manual Urgente para Radialistas Apasionadas y Apasionados”, revisen el capítulo 11 y podrán nutrirse más sobre este principio básico para hacer radio: http://www.radialistas.net/manual_urgente/ManualUrgenteRadialistas.pdf
Dice Jesús García Jiménez que en Radio se programa a partir del conocimiento de tres factores: la identidad del medio, las características de los programas y la audiencia. Pero también, esta programación se construye por capas: la primera es la pauta musical, aquí definimos qué temas, cómo y en qué momentos serán difundidos por la radio. La siguiente, es la pauta horaria, se trata de la forma cómo vas a mencionar la hora, la emisión de la hora, definir qué características funcionales tendrá. La tercera capa para construir nuestra programación es la pauta promocional, aquí se promocionará la radio, los programas y campañas de la radio, están las cuñas promocionales. Después, están los programas, estos vienen en función a los horarios eje, tenemos programas informativos, educativos, de entretenimiento, culturales, etc. Y por último tenemos la última capa, la pauta publicitaria, en esta capa se tiene cuidado con los tiempos en los que se va tomar para definir un espacio publicitario.

El diseño de una programación amerita investigación desde la experiencia convivencial, reflexión, discusión y acuerdo dentro de un equipo programador. Se trata de brindar un servicio diverso, respetuoso y dinámico a un público, sí a éste que hoy en día ya no es un simple destinatario sino que hasta usuario puede convertirse.


No basta con definir al público únicamente en función de aspectos demográficos como el género y la edad, como ha sido tradicional en el medio. Hoy en día, se considera también el entorno, los usos del medio y los momentos del día en que se escucha la radio, entre otros criterios. Lo cierto es que las personas escuchan radio por distintas motivaciones: para informarse, aprender, entretenerse, etc… no se conserva la misma motivación a lo largo del día, pues se es más propenso a escuchar ciertos contenidos en ciertas horas que en otras. Existen tres dimensiones las cuales nos ayudarán a obtener una descripción lo más precisa posible para conocer al segmento al que se va a dirigir el programa de radio o la programación total de la emisora, primero está el aspecto geográfico (región de residencia, cantidad de habitantes de la localidad, condición urbano o rural), la demográfica (ingreso económico, edad, género, etapa de vida familiar, clase social, nivel educativo, ocupación y origen étnico), y por último la psicográfica (valores, actitudes, personalidad y estilo de vida, actividades, intereses, opiniones, etc.).  Este estudio, hace que programadores de radio no se queden en darle, a la audiencia, lo que ya está acostumbrada a recibir, sino ir más allá, brindar nuevas alternativas de servicio a la sociedad y un servicio donde puedan despertar en la audiencia nuevos horizontes. Más de esto en: http://viejo.eccc.ucr.ac.cr/pdf/generos06%20caraya.pdf
Para Figueroa, “la información que genera la investigación pude servir para planear cambios estratégicos en la programación y definir estrategias instrumentales de ventas”, a esto entiendo que al estudio que hagamos de la audiencia debemos “sacarle el jugo”, por decirlo de alguna manera, es una riqueza que nos llega para explotar, por ejemplo, esta información obtenida es valiosísima pues nos permitirá saber en qué momento la programación que tenemos ya está caducando, o podría darnos luces para saber cómo darle tratamiento a los diferentes programas, temas y/o contenidos en nuestra programación. Quiero decir que el cúmulo de informaciones que arroja la investigación permite diagnosticar y redefinir los objetivos, las líneas o ejes de la programación, clarificar las estrategias de vinculación con las audiencias y perfilar los planes de sostenibilidad.
Al estudio antes mencionado, también le añadimos el estudio del escenario radiofónico, trata de recopilar la información sobre todo lo que las radios de un zona de influencia ofrece a un auditorio cautivo o disperso, a través de su correspondiente señal electromagnética, esta investigación se puede realizar escuchando la programación de otras radio, estudiarlas, analizarlas para que así este estudio nos permitirá estar un paso más adelante que la otras emisoras, llenando sus vacíos y debilidades que pudieran tener en su oferta radial para convertirlas en propuestas de reprogramación en nuestra emisora.



Otro tema que tiene que ver con la programación radiofónica y que muchos se dan cuenta pero pocos son lo que se atreven a hablar de ello; es que si bien es cierto, la radio es un medio donde se expone la cultura desde la voz que transmite el mensaje hasta la música que se toma en cuenta para la programación, ésta es, en muchas emisoras, punto de partida para la llamada “industria cultural” que se muestra como un poder hegemónico que posee este medio, para así cambiar, transformar audiencias por medio de estrategias de seducción que nos atrapan a adquirir actitudes, estilos de vida, formas de pensar, etc. de los grandes grupos económicos de poder con intenciones ocultas, una nueva forma de colonización de mentes. Es un hecho de todos los días, esto se nota mucho más en algunos programas noticiosos donde prima la subjetividad de modo que defienden a ciertos partidos políticos o hasta omiten un hecho noticioso simplemente porque no les conviene hablar del involucrado debido a que tienen algo que ver. Y también, de una manera más sutil, como lo es con el tratamiento de la música, de los géneros musicales que utilizan estrategias como la del testeo, técnica netamente mercantilista.  Aquí te dejo dos documentos que ayudarán a aclarar esta situación: http://losdependientes.com.ar/uploads/41kp1y3e7d.pdf y http://sociologiadelascomunicaciones.bligoo.com/content/view/637712/La-Industria-Cultural-y-su-expansion-en-lo-radial.html#.UkcpcoZLM2s
Pero también en la misma programación podremos leer precisamente cómo esas audiencias se rebelan ante las estrategias y visiones de la industria. La programación, es este sentido, muestra cómo las industrias de la cultura se pliegan a los ritmos de las audiencias por medio de cierta sincronización entre sus horarios y la rutina diaria de los sujetos, muestra su temporalidad y los desfases y las formas arcaicas de la cultura popular de la modernidad.
Entonces podemos concluir que las audiencias son migrantes y cambian permanentemente, por lo que es la característica básica que se toma en cuenta para la programación radial, y la mejor manera de conocer a nuestras audiencias es a través de una experiencia convivencial, esta se trata de convivir con la gente a quienes vamos a ir dirigidos y así tener contacto con las audiencias potenciales para tener un vasto conocimiento a la hora de diseñar, planificar y ejecutar nuestra programación radiofónica. La radio permite crear espacios de encuentro para que la audiencia pueda sentir que esta le proporciona un bien que la hará crecer en su sociedad.

VÍDEO:

La audiencia y la radio

[Ensayo de los documentos: “De la audiencia ignorada al poder de las audiencias” y “La audiencia de la radio. De los oyentes a los usuarios”]


“La audiencia es un concepto flexible y cambiante”, esta frase pronunciada por Amparo Huertas Bailén me ha llamado la atención de tal manera, que caigo en la cuenta, es una afirmación muy cercana a la realidad que estamos viviendo, este término ha pasado de ser concebido como el conjunto de personas que forman una masa uniforme, entendiéndose a ésta netamente homogénea y pasiva hasta la acepción de ahora que la audiencia se está convirtiendo en usuario donde la interactividad es “la reina de la fiesta”.


La radio está cambiando ya que, como hemos visto en el párrafo anterior, la audiencia no es estable, por lo tanto la radio de por sí tiene que adaptarse. La radio se debe a su audiencia y por ello, los programadores radiofónicos han tenido la necesidad de cuantificar a sus oyentes, tratando de averiguar, el tiempo, el lugar de escucha o sus emisoras seleccionadas, esto con el fin de conocer más a quienes van a llegar convirtiendo a la audiencia ya no en un simple destinatario, sino en su objeto central del mensaje, también investigan aspectos cualitativos como por ejemplo, cuáles son los motivos que llevan a un oyente a escuchar una determinada emisora, qué grado de atención le presta y qué opina de un programa concretamente. Todos estos intereses del programador de la radio producen que un programa o emisora sea “fragmentada”, término que surgió por primera vez en la década de los setenta con Cebrián Herreros, esto quiere decir que existe una audiencia segmentada por grupos de acuerdo a sus gustos y preferencias, sus ritmos de vida, clases socio-económicos, etc. creando una audiencia heterogénea.
Entonces, ahora con la aparición de las nuevas tecnologías existen audiencias heterogéneas, con sus propios intereses, inquietudes, afinidades, pero ¿en qué favorecen las famosas TICs a la audiencia? Pues, precisamente en la fragmentación que con aquellas, alcanza a ser una audiencia hiperfragmentada donde se incluyen contenidos cada vez más especializados y novedosos mecanismos de manipulación de los mismos permitiendo la interactividad. Este fenómenos que se produce gracias a la constate innovación tecnológica permite que el oyente de radio decida qué, cómo y cuándo oír radio y el usuario cómo, cuándo y qué descargarse, ya estamos hablando de una radio casi personalizada.




Todo este nuevo mundo donde se produce una conexión de la audiencia con la radio muchísimo más cercana que en otros tiempos, da lugar a una especie de emancipación de las audiencias, ellas ahora son las que tienen el control y esta emancipación ocupa más lugar en el campo de la radio temática y la radio musical donde el mensaje es la base que articula el resto de contenidos añadidos. Aquí les dejo un link, donde podrán encontrar los diferentes modelos de radio que se adaptan a esta hiperfragmentación de la audiencia como la radio especializada, radio temática: http://www.unav.es/fcom/comunicacionysociedad/es/articulo.php?art_id=65

Lo que trato de decirles, es que la audiencia se está comportando de una manera que nos va a seguir sorprendiendo progresivamente, la Internet ha dejado que la audiencia empiece a llamarse usuario, desde el momento en que éste puede tomar decisiones de lo qué quiere y cómo lo quiere oír. Es decir, tiene ahora la potestad de ser un programador de radio, es como si lo fuera, ya que existen unas convergencias para la existencia de un usuario, éstas son:
La convergencia instrumental de la difusión: Esté evocada particularmente a la especialización de contenidos, donde la difusión y recepción de contenidos radiofónicos por internet estará siempre en la busca de replantear un contexto pragmático y diferenciado basado en la calidad.
La convergencia de las audiencias: Las nuevas tecnologías permiten un oyente más individual, debido a que la multiplicidad de canales y la interacción que permiten los soportes digitales producen la especialización de las temáticas y la personalización de la oferta de programas.
La audiencia interactiva: Aquí la audiencia, gracias a Internet, se produce una interacción entre la fuente el mensaje y el receptor, es decir, la que se produce entre el emisor y la audiencia, la que ejercitan los oyentes entre sí, y la inversa a la primera.
Todas estas convergencias crean que la audiencia pase a llamarse usuario con la utilización de la red, haciendo del consumir radio una experiencia interactiva y por lo tanto, generando es las audiencias una capacidad crítica para tomar decisiones en cuanto a este medio de comunicación, la radio, quedando atrás los conceptos de masas homogéneas incapaces de intercambiar o interrelacionarse con “el otro lado” desde donde se produce la comunicación. Aquí les va un artículo que tratan los resultados de una investigación sobre la audiencia juvenil y el acceso a la radio musical de antena convencional a través de internet. http://www.unav.es/fcom/comunicacionysociedad/es/articulo.php?art_id=398
Pero, este tipo de audiencia crítica es reducido, es un grupo pequeño esparcido en diferentes sectores de la sociedad, la gran mayoría sigue siendo esclava, inclusive con el poder de la elección.
El poder de la audiencia y de sus públicos radica en el ejercicio de la libertad, en la elección de lo bueno y lo malo y en la inteligencia para evaluar lo que está en juego, poder que se ha quedado “en coma”, por decirlo de alguna manera, porque la audiencia ha congelado su poder a raíz de la americanización de la cultura de los medios de comunicación de masas, especialmente en el cine, televisión y música popular por parte de los Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial influyendo en gran medida en otras culturas convirtiendo a la audiencia en un espectador u oyente acrítico.
Son las acciones de los comunicadores y periodista, las que dan luz  o sombra a las historias reales o ficticias que se empaquetan en los diferentes formatos mediáticos, ellos deben encaminar siempre su profesión en la única finalidad de contribuir al crecimiento de las personas y de la sociedad para que sus acciones se dirijan a facilitar procesos de entendimiento, comprensión, convivencia y solidaridad. Es decir, para poner en común, el bien social.
Pero, como sabemos, esto no siempre se cumple, por eso las mismas audiencias han unido fuerzas formando Observatorios de Medios, Centros de Investigación mediáticas, Asociaciones de Padres de Familia y grupos juveniles para hacer prevalecer la responsabilidad de los medios, pero el proceso es lento y desbalanceado e insuficiente a pesar de los enormes esfuerzos como contrapoder del poder mediático.
Por eso, otra de las medidas para contrarrestar el efecto de los medios de comunicación que no proyectan sus acciones al bien social de las comunidades, es actuar con el otro lado, es decir, educar a las audiencias empezando desde los más pequeños, desde los primeros años de estudio escolar alimentando en ellos su capacidad de lectura, discernimiento y toma de acciones particulares sobre los contenidos de los medios para así formar una audiencia inteligente, con esta expresión se quiere significar aquella actitud de los usuarios y destinatarios de los medios que les lleva a entender su papel de manera consciente, activa y responsable. Para su mayor comprensión sobre este tipo de audiencia a la cual estamos mencionando, aquí en el siguiente link tenemos expuestos,  en uno su último punto, los caracteres de las audiencias inteligentes que nos ayudará a ampliar más este concepto: http://www.unav.es/fcom/comunicacionysociedad/es/articulo.php?art_id=252
Se quiere fomentar, entonces, que cuando un oyente, televidente, lector o consumidor de algún medio de comunicación esté expuesto a éste tenga el poder de saber elegir qué es lo que le conviene y qué no, qué lo ayuda como persona, etc. Desarrollar su capacidad de crítica a lo que tiene al frente. Ahora, en esta sociedad donde lucrar es lo que más les interesa a los productores, dueños o grandes empresarios de los medios de comunicación, la audiencia está vulnerada a imitar la forma de actuar, de adoptar las posturas ideológicas frente  los hechos, de pensar, de hablar y hasta de vestir que se difunden en los medios, por falta de análisis de contenidos. Veamos a nuestro alrededor tan solo un instante y nos daremos cuenta cómo nos están influenciando de forma negativa para seguir “en coma” y no percatarnos de lo que estamos permitiendo.
Es momento de salir de ese estado y formar no solamente en la decodificación de los caracteres aparentes, sino en el significado y en el sentido de los conceptos que aparecen ocultos en los formatos mediáticos, indagando en los sentimientos que se producen sobre la audiencia y sobre las posibles intenciones de los productores del formato.
Hablamos de la lectura de medios, como la televisión, si bien es cierto este medio cuenta con dos lenguajes: el visual y el sonoro, por lo tanto enseñar a la audiencia cómo analizar la súper carga simbólica que este medio contiene de acuerdo a sus altos grados de estimulación para la mente. También tenemos la radio, un medio en el cual la pauta musical es lo que más escuchan los jóvenes, sepamos que la música también educa, por lo tanto, dejar que los jóvenes formulen apreciaciones críticas con respecto a esto vendría muy bien para la lectura de medios y formación de una audiencia inteligente. Por otro lado, existe la prensa que el tema de educar a la audiencia en este medio va ligado en que la lectura de este medio vaya más allá de entender lo escrito, es decir que vaya hasta la decodificación de la intención del comunicador que transmite el mensaje.

En conclusión, las audiencias dejarán la pasividad que ha sido como una norma de comportamiento habitual y más en el oyente de radio, gracias a la Internet, ahora actuará de una manera interactiva no únicamente sobre los contenidos, sino también sobre las estructuras programáticas gracias a la Internet; y por otro lado la audiencia se convertirán en audiencia inteligente con capacidad crítica de contenidos y de las intenciones del productor del formato, formando así una audiencia con poder de elección.  Para los futuros comunicadores sociales, recodar que la finalidad del servicio que otorgan siempre está ligado al de contribuir con el bien social. 


jueves, 3 de octubre de 2013

Entre mediciones y mediaciones

[Ensayo de los documentos: “De la medición de la audiencia al conocimiento de los públicos” y “Los estudios de recepción en América Latina: perspectivas teórico-metodológicas”]

En este mundo donde las nuevas tecnologías se desarrollan cual bebé recién nacido, los medios de comunicación han sacado provecho de ellas y lo seguirán haciendo en diferentes aspectos que ellos tienes para explotar. Pero lo que este tipo de organizaciones nunca dejarán de lado, por más antiguo que sea, es conocer a su audiencia, conocer su cultura, sus diferencias, es decir seguir en busca de qué tipo de audiencia lo escucha, seguir incrementando telespectadores, lectores u oyentes mediante la implementación de nuevas estrategias en pro a sus objetivos trazados. Y la recepción de los mensajes de parte de la audiencia es otro aspecto que en este ensayo desarrollaremos, enfocando la verdadera cara de los números estudios e investigaciones que se realizan para obtener esa información valiosa que las empresas de comunicación están dispuestas a invertir por ella.
El deseo por medir a la audiencia y conocerla es una información vital que nos acarrea desde el momento en el que emprendemos un proyecto empresarial como son los medios de comunicación. Y ¿por qué? Pues, veamos, si queremos sacar una programa al aire lo primero a tener en cuenta es saber a quién nos vamos a dirigir, es decir, nuestro público objetivo o target, y esto sólo podemos saberlo investigando, aplicando una serie de estudios para conocer a la audiencia. Pero esto mismo ocurrirá cuando ya tengamos el programa al aire, ya que nuestra nueva duda será: ¿quiénes nos están viendo? ¿cuántos son? ¿cómo son? ¿a qué se dedican? ¿cuáles son sus actividades cotidianas? Y muchas preguntas de este estilo se nos pasarán por la cabeza. Por lo tanto, la importancia de conocer a nuestra audiencia va ligada a que por medio de los resultados obtenidos podamos aprovecharlos en mejorar la calidad de programa, insertar nuevos formatos, abordar nuevos temas de interés, innovar cada vez más para que ellos se sientan importantes.
Uno de los estudios de audiencias es la medición de éstas mediantes distintas técnicas, la más conocida y acaso sea por ser la más antigua es la técnica del sondeo, ésta trata de un proceso muy complejo que está obligado a ofrecer datos representativos de la población que analiza. La primera fase de cualquier sondeo consiste en seleccionar una muestra, una porción representativa de ese universo al que queremos conocer. La segunda y tercera  fases son la recogida de información procedente de esa muestra y la elaboración de los indicadores finales, en la primera se realiza mediante aparatos que son capaces de medir el consumo mediático de manera automática y en los cuales se registran la duración del consumo por parte de la audiencia del soporte de recepción de contenidos ya que funcionan conectados a éstos, uno de los aparatos más simbólicos para esta función es el audímetro.
Hablemos un poco más de este aparato que lo hemos podido escuchar millones de veces pero que realmente no sabemos cómo se utiliza. El audímetro, como lo hemos mencionado líneas más arriba, es un aparato que sirve para medir la cantidad de espectadores que ven la televisión, de forma ininterrumpida y anónima. Se parece a un control remoto de los que tenemos en casa, aparte es de color gris con un diseño antiguo. En su parte frontal, aparte de tener un display que muestra la hora automática, tiene unos botones que se corresponden con las 8 primeras letras del abecedario. Casa una de ellas representa a un miembro de la familia.

Los audímetros son instalados de forma aleatoria, aunque se escogen hogares representativos de toda la sociedad y de forma generalizada. Al parecer, los poseedores de un audímetro deben firmar una cláusula de confidencialidad y no manipulación de datos. Para ello, la entidad encargada de realizar estas mediciones, TNS Sofres no tiene en cuenta la medición de las primeras semanas. Cada miembro tiene asignado un botón, que deberá pulsar para identificarse cada vez que encienda la televisión. Eso le permite saber al aparato no sólo quien está viendo la televisión, sino su sexo y edad, datos claves en la muestra. Cada vez que haya invitados, estos también deben identificarse con unos botones especiales. Si los miembros del hogar no se identifican, el aparato va emitiendo una señal acústica que se va haciendo cada vez mayor, hasta que se identifiquen. Además, el aparato pregunta cada X tiempo si seguías delante del televisor, sino le contestabas en un razonable período de tiempo, el televisor automáticamente se apagaba, como una función que se realiza para evitar mediciones falsas y datos erróneos.
Los audímetros actuales llevan incorporado un disco, que evita la pérdida de información en caso de un apagón de luz. Además, son capaces de medir el consumo del vídeo. Al final del día, todos los datos recopilados se envían vía línea telefónica, a la central de TNS Sofres, donde son procesados. Y así se obtienen los datos de audiencia a través de los audímetros. Ahora los invito a que revisen este documento donde podrán encontrar los diferentes usos de los datos de la audiencia: https://www.google.com.pe/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=8&cad=rja&ved=0CFYQFjAH&url=http%3A%2F%2Fwww.aimc.es%2Fspip.php%3Faction%3Dacceder_document%26arg%3D733%26cle%3D5665008efd04345f5b2338b77bb9b12314d160b5%26file%3Dpdf%252FPrincipios_TDT.pdf&ei=AedNUqG_JInu8ASk5YGYBg&usg=AFQjCNGqim2IWanSWOrmbRWZH6rxzx0RmA&bvm=bv.53537100,d.eWU
Pero en internet, las empresas también desarrollan sistemas por los cuales pueden obtener datos del usuario, utilizando programas informáticos que intentan responder las preguntas ¿qué consume la población? y ¿quién consume cada producto?.
Existen, ahora, encuestadores que introducen las respuestas directamente a un ordenador portátil, utilizando un sistema llamado CAPI (Computer Assisted Personal Interviewing), pueden detectar aquellas que son incoherentes en el mismo momento en que se producen. Y, al mismo tiempo, CAPI agiliza el proceso de elaboración de los datos, ya que no se ha de transferir desde el papel al ordenador como ocurría anteriormente.
En la técnica del sondeo, las muestras son de dos tipos, probabilísticas y no probabilísticas. La primera  es aquella que puede incluir a cualquier miembro del universo, teniendo todos sus componentes las mismas posibilidades de ser elegido. Mientras que en las muestras no probabilísticas, no todos los miembros del universo pueden ser seleccionados. En el siguiente link podrán encontrar diversos métodos de investigación de acuerdo a estos dos tipos de muestras (probabilísticas y no probabilísticas) que les servirán para sus investigaciones posteriormente: http://www.estadistica.mat.uson.mx/Material/elmuestreo.pdf
Además, el tamaño de la muestra es todo punto haré hincapié porque es un ítem crucial para el éxito de nuestra investigación. Hay que recordar, en este caso, que el volumen de la muestra no depende del volumen del universo sino de las probabilidades con las que se presenta el fenómeno objeto de estudio en la población. Cuanta mayor homogeneidad respecto al hecho a investigar, menor tamaño es necesario. Junto a este punto sobre la determinación del tamaño muestral, se agregan los criterios de selección: cuántos hombres y cuántas mujeres. Y por último, las tipologías de clasificación social aplicables en la presentación de los datos finales, es decir, cuántos mayores de edad, cuántos niños (as), adolescentes, jóvenes, adultos, ancianos, cuántos desocupados, cuántos profesionales, etc. son criterios que serán de ayuda poder establecerlos de manera equitativa para que los resultados sean lo más semejantes a la realidad posibles.
En este tema de las mediciones de audiencias se acuñan unidades de medida y las más conocidas son el rating y el share. Según el glosario de términos utilizados en el lenguaje televisivo de Radio Televisión Española (RTVE), el rating representa el número de personas que visionan un programa específico o que consumen televisión durante un cierto período de tiempo. Se da en cantidades numéricas tipo millones de espectadores. En cambio, el share, lo denomina también cuota de pantalla, se define como el porcentaje de la audiencia que cada emisora o programa consigue con respecto a las otras emisoras o cadenas. Se da en tantos por ciento en relación al número de personas que ven la televisión en cada momento.
Estas mediciones arrojan resultados casi exactos, con porcentajes de error muy bajos, que los medios de comunicación sacan provecho para conseguir más anunciantes. Por ejemplo, vemos que cada canal de televisión tiene un estilo predeterminado, una forma de presentar sus programas, sus formatos, su calidad en sí, contenidos que van a esas audiencias estudiadas e investigadas que se vuelven cada día más fragmentadas por el contenido personalizado y especializado, entonces aquí es donde anunciantes que quieren conquistar este tipo de audiencia para que consuman sus productos o accedan a sus servicios son capturadas por los medios, que prácticamente, venden a las empresas que se anuncian esas audiencias.
Es cierto que hemos hablado de cómo los medios de comunicación miden a las audiencias en diferentes niveles, procesos y con técnicas que les permiten resultados más certeros, que les permite obtener resultados para modificar o mejorar su parilla programática o cualquier detalle que se les esté escapando y así puedan mejorar sus estrategias, pero qué hay con la audiencia. Ellas también pueden regular de alguna manera si lo que ven debe ser cambiado o no.
Los medios de comunicación han sido y seguirán siendo un vehículo muy fuerte para la formación de la opinión pública y un ente influeciador muy grande, por lo que alrededor del mundo podemos observar cómo éstos ayudan al fortalecimiento del capitalismo y ofrecen una mirada al mundo desde una perspectiva occidental. Emitiendo programas que no alimentan el pluralismo de opiniones, culturales, etc. y conservando por sobre todas las cosas la absurda homogeneidad de parte de los grandes grupos económicos del mundo. Pero, en contraposición las audiencias han demostrado que pueden responder a este atropello por los propios medios, mediante las creaciones de asociaciones de consumidores de medios de comunicación, como por ejemplo EURALV o a través de respuestas puntuales de relevancia diversa, como la actuación de protestas que entre las más habitual está el no consumir un medio durante un período de tiempo concreto. (Ejemplo: el movimiento “Don´t count uso ut” que tuvo lugar en Estados Unidos de la mano de afroamericanos e hispanos en 2004). James Curran nos ofrece una tipología digna de difundir sobre la tipología de los modos en que la audiencia puede influir en los medios en el marco de las democracias liberales:
1.      Creación de grupos de interés o lobbies. El protagonismo lo tendrían colectivos (entidades corporativas) que intentaran condicionar metas, la política y la organización de los medios.
2.      Influencia sobre las fuentes de información que utilizan los medios, por ejemplo logrando una representación en los consejos asesores.
3.      Influencia directa sobre los equipos directivos de los medios (el propio Curran acepta la dificultad de la misma).
4.      Intervención a partir de las asociaciones de consumidores. Esta es la vía que, de momento, presenta mayor viabilidad.
5.      Creación de submercados independientes.
Con este apartado, podemos ir al siguiente paso para entender desde múltiples puntos lo que se abarca en el mundo de los medios de comunicación, éste es la recepción de las audiencias de contenidos de los medios de comunicación. Los estudios de recepción han sido liderados por dos corrientes casi enfrentadas: la corriente funcionalista de Estados Unidos, sobre todo de la mano de la teoría de los Usos y Gratificaciones, y la corriente culturalista originada por la Escuela de Birmingham. A estos dos ejes, hay que sumar la importante corriente latinoamericana representada por la recepción activa de la audiencia y la consideración de las mediaciones que afectan al proceso de recepción.
Para Orozco Gómez, las mediaciones son como una estancia cultural desde donde los receptores producen y se apropian del significado y sentido, acuñando el término de televidencia para referirse al complejo proceso de interacción entre la audiencia y la televisión. Pero las mediaciones tienen fuentes diversas, no únicamente de los medios, sino de fuentes internar, externas, anteriores y posteriores al proceso de recepción donde intervienen las experiencias individuales y colectivas de los sujetos integrantes de la audiencia. Orozco con el fin de dar una noción más amplia a este término llegó a estructurar distintas tipologías de las mediaciones, éstas son:
1.      La mediación individual, aquella que emerge del individuo como sujeto cognitivo y emotivo y, al mismo tiempo, de sus experiencias como sujeto social inmerso en una cultura. Es decir que en los procesos de interacción del televidente con el medio, intervienen todo lo que lleva cargado el individuo desde que ha nacido, evidenciándose en la percepción que pueda tener de los contenidos en el medio.

2.      Mediación situacional: Indica cómo se encuentra el receptor en el momento de la recepción de los mensajes: acompañado, con la atención concentrada en la pantalla o realizando otras actividades simultáneamente. Todo esto influye en el proceso de recepción. Porque no será el mismo nivel de recepción cuando esté sentada frente al televisor viendo un programa determinado, que cuando esté cocinando o jugando con alguien, obviamente mi grado de atención no será el mismo.



3.      La mediación institucional: Ésta parte de los vínculos de los receptores con las diferentes instituciones sociales, como la familia, la escuela, el trabajo, el barrio, partido político, sindicato, grupo religioso, etc.  que proponen guiones a los sujetos y condena otros, los cuales se pueden entender como normas y formas de interacción social legitimando su actuación en los escenarios sociales. La televisión es una de las instituciones actuante en la sociedad, y por tanto, su influencia será mediada también por la actuación de las demás instituciones.



4.      La mediación videotecnológica: Se refiere a la manera de estructurar los géneros y, las posibilidades y recursos técnicos de la televisión para la transmisión de los contenidos los cuales también están culturalmente determinados por lo que además de las cualidades puramente técnicas, a partir de las formas culturales se realizan asociaciones y efectos específicos en el lenguaje televisivo.
En las investigaciones de la recepción de la audiencia mediante un medio de comunicación, resalta como método de investigación la etnografía, que capta, en el espacio y tiempo cotidianos de los sujetos receptores, sus interacciones con los medios y, al mismo tiempo, elabora una descripción densa de carácter interpretativo y reflexivo. Lo que Martín – Barbero concibe con un “ver con la gente” en la perspectiva de capturar el momento de la recepción para poder identificar y confrontar las diversas modalidades de uso y las competencias culturales, actividades en la rutina de los receptores. Este estudio nos permite, además, obtener resultados cualitativos de la interrelación de audiencia-medio, también permite profundizar en la comprensión sobre las experiencias individuales y colectivas de consumo y uso de los medios de comunicación. Aquí les dejo un documento de Guillermo Orozco Gómez que les será interesante para la compresión de este asunto de las mediaciones en la recepción: http://gumilla.org/biblioteca/bases/biblo/texto/COM198864_69-76.pdf
Podemos concluir aventurándonos a decir que si bien es cierto los medios de comunicación tienen sus propios métodos para conseguir de nosotros mismo información recurriendo a aparatos de medición que nos analizan para que obtengan resultados que puedan darles una luz de lo que realmente queremos, pero no olvidemos que nosotros mismos podemos hacernos escuchar y decidir en qué va y cómo va en los medios de comunicación. Es hora de movilizarnos y dejar de quejarnos por la programación de determinado canal o emisora, los simples destinatarios de mensajes ya están en el olvido demostremos como una audiencia activa al recepciones determinados mensajes puede actuar para hacer prevalecer el bien social que debe otorgar un medio.

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