Introducción
La participación de la audiencia en
la radio es un punto clave para lograr la transformación de una sociedad,
generadora del cambio social y sobre todo empezando con la reacción frente a determinados
problemas que acarrean en la sociedad donde viven. Pero, ¿cómo promover la
participación de la comunidad? Pues, utilizando los lenguajes, los códigos, los
símbolos, las imágenes, las referencias, los ejemplos, las señas de identidad y
formas de expresión cultural y comunicación propias de cada comunidad. Moverse siempre
dentro del universo conceptual y el imaginario de la gente, no pretender que
hagan suyo lo nuestro, en sí, lograr que la comunidad se sienta identificada
con nuestra radio y así poder acrecentar el sentimiento de cercanía entre ambas
partes.
La participación de la audiencia
es dinámica, es un proceso de aprendizaje progresivo y creciente, en el cual la
comunidad va asumiendo mayor protagonismo mientras va disminuyendo el de
quienes promueven esa participación. Cada persona se compromete con un ideal,
cambiar el mundo, tienen un espíritu soñador, pero con los pies bien puestos en
la tierra. Para hacer posible esta participación ciudadana es preciso potenciar
las relaciones interpersonales, el conocimiento mutuo, la cohesión, lo
relacional, los afectos, lo personal, lo subjetivo. El amor es una poderosa
fuerza transformadora. La realidad la cambian las personas y para que las
personas cambien la realidad han de empezar primero por cambiar ellas mismas,
por dejar morir todas las limitaciones o barreras que existen en su interior y
mirar el mundo con otros ojos llenos de una fuerza indestructible y de
herramientas poderosas como son la creatividad y la imaginación para dejar de
ser pasivos y tomar “el toro por las astas”.
Desarrollo
Esta participación comienza desde
que el receptor del mensaje emitido en la radio se convierte en emisor y viceversa.
Una de las ventajas de la participación de la audiencia en radio es que los
oyentes del programa pueden satisfacer sus necesidades comunicativas que todos
tenemos, por ejemplo cuando una persona llega a casa y como no hay nadie
enciende la radio para sentirse en compañía y de pronto escucha la transmisión
de un tema social y tiene deseos de expresar una opinión, es allí donde puede
llamar e intervenir, entonces se está produciendo un tipo de participación en
el medio. Pero también, está generando un sentimiento de familiaridad con el
presentador o alguno de los colaboradores del programa y esta persona que acaba
de llamar, debido a que el medio le posibilita una sensación de proximidad y
empatía.
El medio radiofónico también es
un ente que defiende el pluralismo y la diversidad, donde existen múltiples
opiniones de todo público que tenga acceso al medio de comunicación, “esto
implica igualdad de género e igualdad de oportunidades para el acceso y la
participación de todos los sectores de la sociedad en titularidad y gestión de
los servicios de radiodifusión (…) sin que adopten restricciones directas o
indirectas al ejercicio del derecho a la libertad de expresión”1. Pero este acceso es en parte limitado, existen límites de tipo técnico y falta de tiempo para dar cabida a todas las llamadas que solicitan intervenir en el programa.
La capacidad de respuesta rápida
a las inquietudes y consultas de la
radio a los oyentes, es otra de sus ventajas que ayuda a aumentar la
credibilidad y la complicidad con el medio tanto para el oyente individual como
para el resto de la audiencia. Imagínense que tratan de saber cómo está el
tráfico en la zona sur de su provincia, a donde desean dirigirse, pues entonces
llamarán a la emisora que informa sobre cómo está el tráfico en esa zona y así
podrán evitar quedarse estancados en la pista.
Susana Herrera Damas considera
que “la participación de los oyentes en los programas de radio es la fórmula
más extendida en la mayor parte de los sistemas radiodifusores”2 y
esta participación es generada debido a un previo estudio de la audiencia, pues
para dirigirnos a alguien e invitarlo a que pase a “tomar una tasita de café”
debemos conocerlo. Es decir, la radio debe ofrecer un retrato más preciso de la
audiencia, no sólo de forma cuantitativa, sino también conocer sus aspectos
cualitativos (gustos, preferencias, intereses, inquietudes, etc.), esta
información ayuda en la producción de la programación radiofónica diaria. Además, esto se logra con las intervenciones
de la audiencia quien proporciona una abundante fuente de información acerca de
las cuestiones que más le interesan, con la cual se puede seleccionar nuevos
temas, enfoques y perspectivas.
Pero estas fuentes de
información, los oyentes, no sólo ayudan a determinar los programas en la
radio, también son los testigos de un hecho. Cuando hablamos de una
investigación periodística, la audiencia puede brindar información sobre el
acontecimiento y convertirse así en una fuente más, enriqueciendo el número de
puntos de vista de las personas que se encuentran afectadas por una determinada
situación. Y esta es una manera de acercar este medio radiofónico a los
ciudadanos para que sean protagonistas de los contenidos o sean parte de ellos.
Otra ventaja de estos tiempos,
para la participación de la audiencia en la radio, es el uso del internet, convirtiendo
a la radio en interactiva donde “la integración de la interactividad de la
radio propicia una diálogo que permite que el usuario participe según su
planteamiento, con los contenidos o con la propia fuente. De esta forma se
articula un lenguaje y unos contenidos propios y específicos que desarrollan un
discurso electrónico…”3. A esta particularidad de la radio en
internet se la denomina ahora, “La Radio 3.0”, se refiere a la idea de que la
entrada de la interactividad en el medio radio, supone situar a emisor y receptor
en un mismo plano convirtiéndolo en un prosumidor. Esta nueva plataforma
convierte al oyente en creador del producto y a la vez en consumidor del mismo,
lo que trae como consecuencia la personalización de los contenidos y la
estructuración de estos, de esta forma consigue fidelizar a la audiencia a la
que va dirigida la programación y consigue un seguimiento diario.
Ahora pasemos a delimitar cuáles
son los inconvenientes que la participación de la audiencia en la radio trae, y
para empezar debemos fijarnos en que la inclusión en antena de las voces de los
oyentes facilita un contacto sólo
provisional, efímero, no sistemático y no estructurado entre los profesionales
y la audiencia, lo cual genera que no exista un contacto más allá de la sola
participación del oyente en determinada temporalidad y espacio.
La intervención de las múltiples
personas en la radio hace mucho más difícil que el tema a tratar se vaya por
las ramas o se salga del tono predominante del programa ocasionando un riego,
el cual afecta a la seriedad de la radio, a su imagen y a que se mantenga en su proyecto comunicacional y
político que planteó en primera instancia, al poner en antena un emisora.
Otro inconveniente es cuando los
oyentes no conocen el tema, y dirigidos por sus emociones, comienzan a opinar dando
lugar a intervenciones poco solventes o desordenadamente expuestas o que estas
intervenciones se vuelvan muy particulares y por lo tanto, carezcan de interés para
el común de la audiencia, este tipo de intervenciones nos comenta Susana
Herrera Damas en su clasificación de la participación de los oyentes en los
programas de radio, específicamente en el tipo en función a su finalidad, que
sólo pueden existir en “espacios más naturales en la programación de madrugada”4
pero no podemos permitirlo para un género periodístico informativo.
Otro inconveniente de la
participación de la audiencia en este ámbito radiofónico es que pretenden medir
la opinión pública mediante pequeños sondeos de opinión que no representan una
considerable cantidad para determinar la opinión pública, pues Elguero afirma
que el perfil de la gente que llama no es el mismo que el del público global. Por
lo tanto, si generalizamos los resultados de esas pequeñas encuestas emitidas
al aire de un programa estaríamos mintiendo porque no debemos confundir la
opinión pública con la opinión del público, recordemos la acepción de Ruiz San
Román de acuerdo a que “la opinión pública es la opinión de todos sobre los
asuntos que a todos afectan. O de otro modo, la opinión del pueblo sobre lo
público.”5
Conclusión
Teniendo en claro estos aspectos
que acarrean la participación de la audiencia en la radio, es deber de todo
profesional en este ámbito no se descuide en la puesta en antena de cualquier
programa radiofónico, ya que recordando y reconociendo estos aspectos positivos
y negativos podremos construir la participación de la audiencia en una fuerza
transformadora para el bien de la comunidad, no olvidemos que esto es un
proceso continuo y progresivo que sólo se puede lograr cuando la audiencia está
realmente comprometida para cambiar el mundo.
Referencias:
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